Este martes, 13 de mayo falleció en Montevideo, Uruguay el expresidente José “Pepe” Mujica, a sus 89 años de edad, a causa de un tumor maligno de esófago que se le había detectado hace poco más de un año.
José Mujica ejerció la presidencia de Uruguay en el período 2010-2015. Durante su mandato el salario real creció y el desempleo y la pobreza disminuyeron. Mantuvo una economía conservadora, tuvo importantes éxitos en su gestión y la austeridad fue su mayor poder.
El carismático líder del izquierdista Frente Amplio de Uruguay fue bautizado por la prensa internacional, entre 2011 y 2012, como “el presidente más pobre del mundo”; vivió, decía él, “liviano de equipaje”.
En los años 60, cuando tenía 29 años, cofundó el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana de izquierda, En 1970 fue acribillado a quemarropa: recibió seis balazos y sobrevivió por milagro.
Fue encarcelado, pero en 1971 se escapó. Una fuga espectacular: la mayor de la historia uruguaya. Ciento diez presos se fueron en una noche del Penal de Punta Carretas, por un túnel subterráneo, hasta una casa lindera ubicada en el que hoy es uno de los barrios más pudientes de Uruguay.
Fue nuevamente capturado en 1972. Al año siguiente, una feroz dictadura se instaló en Uruguay.
Mujica permaneció preso hasta 1985. Fueron más de 14 años de reclusión, durante los cuales fue torturado salvajemente y estuvo la mayor parte del tiempo en absoluto confinamiento y soledad, considerado por la dictadura como un “rehén”, es decir, alguien a quien estaban dispuestos a ejecutar ante cualquier desliz de los tupamaros.
Durante su encarcelamiento recibió golpes, humillaciones, choques eléctricos. Comía poco. Se enfermó de los intestinos y riñones. Perdió su dentadura. Su completa soledad lo llevó a descubrir, entre otras cosas, contó después, que las hormigas sí hacen ruido, que cualquier papel sirve para leer o para escribir, y que el tiempo no puede ser desperdiciado.
En 2014 Europa cerraba sus fronteras a los refugiados de la guerra de Siria y velaba en sus playas a niños que llegaban muertos; él decidió ir a buscar a esos niños y traerlos a Uruguay, en un plan piloto de reasentamiento de familias sirias refugiadas.
En un mundo de ostentación, consumo y búsqueda del éxito, él pregonó, también con el ejemplo, la sobriedad, la amistad, el cuidado del planeta y el dar prioridad a pasar tiempo con uno mismo y con sus seres queridos. Y amó la vida. Tanto que, en 2023 dijo al diario El Observador: “Cuando llegue esa señora que nos lleva, si estoy consciente, le podría decir: por favor, sirva otra vuelta”.
Mujica fue un hombre que trascendió las barreras de la política para convertirse en un personaje mundial de sencillez y lucha social.
¡HASTA SIEMPRE PREIDENTE DEL AMOR Y LA SOLIDARIDAD!